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Los hijos: Herencia para Dios



Herencia del Señor son los hijos.


He aquí,  herencia de Jehová son los hijos;  Cosa de estima el fruto del vientre. Salmos 127:3

Tener hijos no es algo que se debe tomar a la ligera, es una “gran responsabilidad”, los hijos no son nuestra herencia como algunos piensan, no fueron enviados para nuestro provecho, son "herencia de Jehová", para Él, pues son almas que nosotros le heredaremos.  

Nosotros como padres somos los que formamos a nuestros hijos como individuos justos para el Señor o impíos para el lago de fuego y de ellos daremos cuentas delante del gran Juez.  Por lo tanto, tenemos que enseñarles las Palabras de Dios en cualquier lugar donde nos encontremos (Deuteronomio 6:6-7), aprovechando cualquier oportunidad para mostrarles al Padre; ellos deben entender que dependen del Padre y no de nosotros, que una oración vale más que el dinero y que amar a Dios sobre todas las cosas es lo más importante en su vida.  Ellos son las saetas de nuestra aljaba (Salmos 127:4-5), hacia donde nosotros apuntemos el arco serán lanzadas.  La corrección es importante, sin embargo, lo es aún más la instrucción, pues si nuestros hijos son dirigidos hacia el blanco del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús, ellos no se saldrán del camino (Proverbios 22:6).

Tengamos cuidado de nuestros hijos, no solo para darles estudios de calidad, provisión económica, deleites de la carne y un lugar dónde vivir bien, sino más bien para entregarlos como ofrenda de olor grato delante del Señor, para satisfacción, gloria y alabanza de Dios.

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