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Mostrando entradas de enero, 2020

El mejor remedio

El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos. Proverbios 17:22 El cuerpo reacciona a nuestro estado de ánimo, y muchas enfermedades surgen de un espíritu abatido.  Las defensas bajan y las enfermedades se apoderan de nosotros.  David, el gran rey del pueblo de Dios sintió que sus huesos se envejecian (Salmo 32:3), sintió un gran dolor en el cuerpo que evidenciaba la angustia de su corazón, en su caso por haberle fallado a Dios y hacerse de la vista gorda, pero al final su tristeza apabulló sus fuerzas hasta desvanecerse (Salmo 32:4), a tal punto que sintió la enfermedad hasta en los huesos. La depresión es una tristeza profunda y puede tener muchas causas que algunos atribuyen a problemas biológicos, es decir por alguna enfermedad del cuerpo, sin embargo, esto solo puede ser un círculo vicioso porque dicha enfermedad del cuerpo pudo originarse en la tristeza. Muchos hombres y mujeres han muerto de tristeza, ya sea por las enfermedades

Venciendo con el bien el mal

El bien que vence nuestro mal.  No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21 El bien y el mal...  El conflicto de todos los tiempos, la batalla que rodea nuestras vidas de pasta a pasta.    Lucha que no es exclusiva de los lugares celestiales, porque también se desarrolla en las trincheras que encuentras en el campo de batalla de nuestro corazón.  Y es que el mal que hay que vencer va más allá de la maldad que algún espíritu o materia nos quiera hacer para tratar de destruirnos, va más allá de una lucha contra la desdicha y la desgracia que tarde o temprano nos alcanza. Es una guerra que se desarrolla allí en el asiento de nuestras decisiones, gustos y emociones, donde el mal acecha con rostro de deleite, atrayéndonos como una fuerza natural parecida a la gravedad con que la tierra atrae nuestros cuerpos.  Una lucha que se enfrenta en desventaja a no ser mediante auxilio del Dios Omnipotente.   Porque somos imperfectos y la maldad se