Así como los nutrientes de la leche materna cambian según las necesidades del niño (The journal of maternal-fetal & neonatal medicine) así también el consejo oportuno sale de la Palabra de Dios, de acuerdo a la necesidad del creyente que injiere de su savia (Hebreos 4:12 ; 2Timoteo 3:16), la leche la dará el Espíritu Santo a los que aún son tiernos en la fe e Igualmente también la carne o alimento sólido, para los que han alcanzado madurez teniendo los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal (Hebreos 5:14). Porque la Palabra está diseñada para alentarnos cuando estamos desvalidos, inspirarnos para continuar hacia la meta, infundirnos fe de aquella con la que movemos a los montes, enseñarnos de la vida, motivarnos al amor, darnos fortaleza cuando entrenamos el carácter y reprendernos cuando en verdad necesitamos. Algunos le llaman carne a un tipo de temas bíblicos, que les llaman "profundos" sin embargo, el alimento sólido Dios lo puede dar del
Palabras pastorales para un mundo necesitado.