Cinco maridos has tenido le dijo Jesús a La Samaritana, ofreciéndole esa agua que le quitaría por fin su sed... Esa sed de aceptación y protección que le agobiaba y le había llevado a creer que el siguiente marido sería el indicado... Esa sed de amor que jamás logró encontrar en ninguno de los cinco compañeros que había tenido, porque cada uno de esos hombres le había defraudado aumentándole su sed... Otra vez había encomendado su confianza, esperando que ahora fuera diferente, porque siempre había soñado el sueño de la dulce quinceañera, la quimera del más feliz de los finales, la búsqueda del sueño de aquel príncipe azul del cuento de las hadas que le habían enseñado. Pero ese deseo insatisfecho, ahora había encontrado la única cosa en esta vida que acabaría con su sed... Jesús el príncipe soñado. ... mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. S. Juan 4:14
Palabras pastorales para un mundo necesitado.