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Mostrando entradas de abril, 2020

Soportar o conquistar?

En medio de estos días, he visto gente que trata de animar diciendo que son necesarias las aflicciones para crecer, y que la oración más humilde es la de pedir a Dios que se haga Su voluntad, porque la verdad, Dios puede hacer que nuestro calzado no se desgaste y enviar su provisión aun desde el cielo tal como hizo con Israel en el desierto, y recibiremos paciencia en la tribulación. Otros dicen que con fe podemos librarnos de la adversidad, que seamos valientes y a donde decidamos ir, Dios prosperará nuestro caminar, así como hizo con Josué al conquistar la tierra prometida que fluía leche y miel, y que oremos como hiciera Moisés, que pidió la vida de su pueblo cuando Dios estaba decidido a destruirles. Y tienen razón, porque son verdades escritas en la Palabra de Dios, pero con distinto destinatario.  Lo importante es lo que Dios habla a tu oído, porque recuerda que la Palabra de Dios es Viva y discierne las intensiones de tu corazón (Hebreos 4:12), y es el Espíritu Santo quie

Sigue siendo Dios de milagros

Si hubiera una receta para obtenerlos, entonces no serían "milagros"...   Lo que si es cierto, es que allí muy cerca de nosotros existe un Dios que sigue teniendo compasión de las lágrimas de sus hijos... Sigue inclinando su oído al clamor de su pueblo...  Sigue dándoles el pan de cada día... Y si...  También... ¡sigue haciendo mil milagros! Tal vez, lo imposible te ha llenado de argumentos convertidos en teología, y has llegado a pensar que eso de los milagros es cosa del pasado y era para otra dispensación, como si El maravilloso milagro de la salvación se gastó la dosis de hechos portentosos que pudiera hacer el Todo poderoso... Tal vez te da temor, pensar que esperarlo podría ser peor, debido a que pudiera provocar desilusión...  A lo mejor has pedido ya tres veces, y te crees como Pablo que después de la tercera oyó desde lo cielos "bástate mi gracia"...  O como Cristo que conociendo tanto al Padre celestial pudo expresar, que sea tu voluntad y no la mía