Si hubiera una receta para obtenerlos, entonces no serían "milagros"... Lo que si es cierto, es que allí muy cerca de nosotros existe un Dios que sigue teniendo compasión de las lágrimas de sus hijos... Sigue inclinando su oído al clamor de su pueblo... Sigue dándoles el pan de cada día... Y si... También... ¡sigue haciendo mil milagros!
Tal vez, lo imposible te ha llenado de argumentos convertidos en teología, y has llegado a pensar que eso de los milagros es cosa del pasado y era para otra dispensación, como si El maravilloso milagro de la salvación se gastó la dosis de hechos portentosos que pudiera hacer el Todo poderoso... Tal vez te da temor, pensar que esperarlo podría ser peor, debido a que pudiera provocar desilusión... A lo mejor has pedido ya tres veces, y te crees como Pablo que después de la tercera oyó desde lo cielos "bástate mi gracia"... O como Cristo que conociendo tanto al Padre celestial pudo expresar, que sea tu voluntad y no la mía... Lo que si es cierto, es que allí muy cerca de nosotros existe un Dios que sigue teniendo compasión de las lágrimas de sus hijos... Sigue inclinando su oído al clamor de su pueblo... Sigue dándole el pan de cada día... Y si... También... ¡sigue haciendo mil milagros!
Yo por mi parte pediré como aquella viuda que insistía cada día, seguiré pidiendo por milagros cuando alguien en verdad lo necesite, seguiré creyendo en un Dios que hace maravillas... Un Dios que me ama y sabe lo que hace, pero que también sabe que este su pequeño no lo sabe.
... Y si no sucede aquel milagro, la próxima será, pero Él seguirá siendo ¡el Dios de amor y de milagros!
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