Ir al contenido principal

La fe visible

La fe visible en lo invisible

 ...la fe sin obras es muerta (Santiago 2:19).

¿qué es la fe? ¿no es la sustancia de las cosas que se esperan y la demostración de lo que no se ve (Hebreos 11:1)?   Para ser una sustancia, la fe debe ser visible, y para ser una demostración debe ser demostrable.  Las obras son fruto de la fe, las palabras son simplemente eso: palabras.  

Abraham obedeció a Dios llevando a su hijo al altar para sacrificarlo porque sabía que Dios era capaz de levantarlo de entre los muertos, por eso obró en obediencia.  David no solo habló palabras de victoria contra Goliat, lo enfrentó cara a cara y lo derrotó haciendo una obra de fe.  Los amigos de Daniel no solamente dijeron que no se postrarían delante de la imágen levantada por el rey, no lo hicieron y eso les costó ser echados al fuego ardiendo siete veces, decididos incluso a no salir avantes de semejante castigo.  Jesús no solamente habló de llevar la cruz (Lucas 9:23), la llevó hacia el calvario y fue crucificado, demostrando así Su fe en el Padre que lo resucitaría de entre los muertos.  Porque hablar no cuesta nada... sin embargo, la fe no se basa solamente en palabras, la fe se muestra con hechos, porque nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras bocas. Un hombre de fe no necesita hablar su fe, solamente demostrarla con sus obras.

Las palabras no pueden atraer tu fe, pues la fe no es hablar para que las cosas sucedan, sino más bien, es actuar aún en contra de la corriente aunque las cosas no sucedan, porque la fe no espera en lo físico sino en lo invisible. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

entresacando lo precioso en lo vil

Entresacando lo precioso en lo vil ...y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Jeremías 15:19. Un rayo de luz en medio de la densa oscuridad...  una pequeña nube del tamaño de la mano de un hombre en la inmensidad del cielo azul... una gota de agua en el desierto más atroz… tal vez, una ínfima sonrisa en medio de aquel horrible mar de lágrimas o un halo de esperanza en un lamentable universo de tristezas...  pero, siempre habrá algo precioso en medio de lo vil, algo útil en la basura, algo bello en los desaciertos, algo hermoso en el desierto. La clave está en encontrarlo; hacer a un lado lo que no vale, olvidar lo que no edifica, aprender de lo que enseña, pensar en lo que es verdadero cuando todo parece falso, lo honesto cuando todo parece hipocresía, lo justo cuando todo parece injusto, lo puro en lo impuro, encontrar el buen nombre, la virtud y la alabanza (Filipenses 4:8) donde parece que todo está perdido, recordando que a los que a Dio...

La sabiduría diabólica

La sabiduría que aparenta ser de Dios.  Santiago 3:14-16  Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón,  no os jactéis,  ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,  sino terrenal,  animal,  diabólica.  Porque donde hay celos y contención,  allí hay perturbación y toda obra perversa .  Si tenemos mucha sabiduría, pero la utilizamos para contender, esa sabiduría aunque tenga grandes verdades, es solo sabiduría terrena, animal y diabólica. En el mundo hay muchos que se jactan de su sabiduría , queriendo imponer su criterio a toda costa y también unos que envidian el conocimiento de otros; por lo tanto buscan sabiduría solamente por contender.   Así mismo, Existen iglesias donde se piensa que ningún otro cristiano que no crea como ellos, se salvará, hacen estudios supuestamente profundos para refutar cualquier creencia, contienden constantemente con todos para gana...

La maldición nunca vendrá sin causa.

La causa de la maldición Pro 26:2   Como el gorrión en su vagar,   y como la golondrina en su vuelo,   Así la maldición nunca vendrá sin causa. Es por demás que gritemos, declaremos, rechacemos, revirtamos y hagamos un sinfín de rituales contra las maldiciones, si no quitamos la causa… porque la maldición nunca vendrá sin una causa. En 1Juan 5:8 dice que el maligno no tiene derecho alguno para tocar a aquel que no practica el pecado y el pecado es la causa de las maldiciones (Deuteronomio 28:15); así mismo la Palabra declara que el que aportille el vallado lo morderá la serpiente (Eclesiastés 10:8).   Esto significa que cuando por medio del pecado abrimos agujeros en la cerca de protección que Dios nos ha puesto por medio de la Sangre de Jesucristo, al redimirnos de la maldición en la cruz; entonces la serpiente antigua, nuestro enemigo, tiene derecho pleno para poder entrar y utilizar sus artimañas para destruirnos, inyectándonos su veneno de m...