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La gran bendición de la agonía


La gran bendición de la agonía…

Lucas 22:44  Y estando en agonía,  oraba más intensamente
Cuando aquellas situaciones difíciles de la vida, nos hacen usar hasta nuestra última gota de fuerza, y nos encontramos incapaces de vencer…  nos rendimos, y lo único que nos queda es tirarnos al piso y clamar por ayuda, pues la agonía de la derrota nos hace orar más intensamente.

Hemos aprendido que debemos orar… orar sin cesar, sin desmayar, a toda hora… sin embargo, la intensidad de nuestra oración solamente crecerá hasta que nos enfrentemos a la desesperación, cuando nos demos cuenta que no tenemos la capacidad para resolver los problemas que nos agobian.

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar,  con un incensario de oro;  y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos,  sobre el altar de oro que estaba delante del trono.  Apocalipsis 8:3.

Nuestra incapacidad para afrontar algunos problemas difíciles en la vida, es simplemente  una gran oportunidad para añadir incienso en nuestras oraciones.  El clamor solamente nace de un corazón necesitado e incapaz de salir adelante por su propia cuenta.

Por lo tanto Dios aprovecha nuestra incapacidad, para actuar poderosamente en nuestras vidas. Un milagro solo lo verá aquel que necesita un milagro, aquel que no tiene nada que ofrecer, el incapaz e inútil, el donnadie (1Corintios 1:27-28), el pobre y débil… pues es en la debilidad que el poder del Señor se perfecciona (2Corintios 12:9), debido a que es entonces y solamente entonces que intensificamos nuestras oraciones al Todopoderoso.  

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