Gozo en el desierto
Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme
fiesta en el desierto. Éxodo 5:1.
Una buena fiesta se celebra en un buen lugar, con piscina, sauna,
cancha de tenis, amplios jardines, y por supuesto: abundante comida; Debe ser
un lugar cómodo y placentero, donde se pueda estar mucho tiempo sin querer retirarse.
Sin embargo, Dios escogió nada más y nada menos que el abrazador,
soleado, y tórrido desierto para que Su pueblo celebrara la fiesta más grande
que jamás hubieran ellos realizado... "la fiesta de la liberación".
Allí en aquel lugar arenoso, sin vida, desprovisto totalmente de algún
destello de vegetación, incómodo y vacío, peligroso, escaso del líquido vital y
de pan… allí se proponía Dios que Su pueblo se gozara en Él. Y qué mejor lugar para un corazón agradecido
que no ve los pormenores del desierto, no se queja, sino más que todo se deleita en la
libertad recibida aquella noche por la sangre del cordero pascual…. Qué mejor lugar que aquel donde no se ve otra
cosa que milagros cada día, donde un pequeño pedazo de semilla que cayendo
desde el cielo se convierte en el pan que te alimenta, donde una gota de agua
tiene el precio del diamante, donde una nubecilla es tan valiosa como plata y
un leño que da fuego por las noches tan escaso como el oro.
Qué mejor lugar para hacer fiesta delante del Señor que aquel donde no hay nada y Él todo lo provee, aquel lugar donde todo es nada y por lo tanto Dios tiene que convertirse en "todo" para sobrevivir... precisamente allí en el desierto es donde Él quiere que te goces en Él.
Hoy... Dios quiere que hagas fiesta, no solo cuando pasa la tormenta, no solo cuando todo va bien, no solo cuando llega la abundancia y la paz... Dios quiere que hagas fiesta en el desierto... y ese gozo que saldrá en el sequedal será la fuerza en nuestra vida (Nehemías 8:10) y mejor aún: será la óptima alabanza y fragancia agradable para Él.