Buenos administradores de las riquezas de este mundo:
Lucas 16:11 Pues si en las
riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo verdadero?
El Señor nos insta a hacer tesoros en el cielo donde ni la polilla ni
el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. (Mateo 6:19-20),
pues las riquezas de este siglo no tienen valor alguno en el reino de los
cielos, simplemente son vanidad. Sin embargo,
como habitantes de este mundo debemos aprender a administrar correctamente sus
riquezas.
Jesús era un excelente administrador de las riquezas de este mundo,
pues después de hacer el milagro de alimentar a cinco mil hombres con solamente
cinco panes de cebada y dos pececillos, mandó a Sus discípulos a recoger los
pedazos que sobraron para que no se perdiera nada (Juan 6:12)… al Señor no le
gusta el desperdicio; así mismo, pagó sus impuestos cuando tenía que hacerlo
(Mateo 17:27) y nos ordenó que además de pagar lo que correspondía a la ley de
los hombres, también deberíamos de ser responsables de dar a Dios lo que era de
Dios (Lucas 20:25).
Por lo tanto la Palabra nos está enseñando que debemos aprender a no
malgastar los recursos sin desperdiciarlos, ni derrocharlos, que tenemos que
pagar nuestros impuestos y sobre todo también nuestros diezmos; que debemos ser
fieles con las riquezas injustas y el Señor nos recompensará con aquellas
riquezas eternas, pues habremos demostrado que somos capaces de utilizarlas
sabiamente, en otras palabras, debemos aprender a administrar sabiamente las riquezas de este mundo como entrenamiento para el reino de los cielos.