Las Recompensas de Dios
Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Marcos 10:29-30.El salmista dijo "aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores" (Salmos 23:5); esos angustiadores no son forzosamente personas que nos están molestando, sino más bien son todas aquellas cosas que nos afligen, como por ejemplo las cuentas atrasadas, las enfermedades, los problemas sentimentales, etc... cosas que ponen a prueba nuestra fe. Los padres, hermanos, hijos, y pertenencias casi siempre son la razón de esos angustiadores, factores que solamente magnifican el milagro de recibir la bendición divina.
Dios verdaderamente es "bueno" y misericordioso, y es por esa virtud maravillosa que nos compensa por todo aquello que entregamos en medio de la angustia de la vida, recordemos cuando Abraham llevando a su hijo al sacrificio, lo entregó... pero Dios se lo devolvió. ¡Vale la pena! ¡Vale el esfuerzo! ¡Vale el sacrificio!
Entreguemos aquello que amamos y que necesitamos, porque Dios nos lo pagará con creces... Dios se hará responsable de la comida de tus hijos, del cuidado de tu esposa, del pago de la hipoteca, del costo de la medicina o incluso la sanidad ansiada, pues aquello que era tuyo, ya no lo es.
Si perdemos nuestra vida por el Señor, ganaremos la Vida Eterna; Si vivimos por la "causa de Cristo", recibiremos "recompensas", no solamente en la Eternidad, sino también aquí y AHORA. No pongamos atención a esos angustiadores, centrémonos en la mesa aderezada, no pongamos atención a las persecuciones, veamos las bendiciones del Señor en medio de ellas... y no desmayemos porque a su tiempo cosecharemos todo aquello que hemos sembrado (Gálatas 6:9).
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