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Cuando somos difamados



Bienaventurados los difamados.




Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan,  y digan toda clase de mal contra vosotros,  mintiendo. Gozaos y alegraos,  porque vuestro galardón es grande en los cielos;  porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:11-12


Cuando estamos haciendo la voluntad de Dios, seguramente algunos tratarán de desacreditarnos, por medio de suposiciones sin fundamento o mentiras.  Si un pastor prospera monetariamente dirán que es un ladrón, que se roba los diezmos, o tal vez comentarán que es injusto que se haga rico cuando hay tanta necesidad en el mundo, soñando quizá recibir ellos un poco; si un pastor es cariñoso probablemente se lo achacarán a la lujuria, pero siempre habrá una forma de difamar a aquellos que están en la mira.  


La envidia fue la razón por la cual los principales sacerdotes condenaron al Señor Jesucristo, y la envidia fue también la motivación por la cual Saúl buscó incesantemente matar a David; fue la envidia la que llevó a Amán a manipular al rey Asuero para deshacerse de los judíos en tiempos de Ester y es también una de las razones fundamentales por las cuales se levantan los falsos rumores contra los siervos de Dios hoy en día.  No obstante, esa envidia llevó a Amán a la horca que había construido para el judío Mardoqueo su enemigo; esa envidia también llevó a Saúl a perderlo todo, dándoselo Dios a David su enemigo.  Porque todo aquello que hacemos, sea bueno o sea malo recibirá su recompensa; los que difaman recibirán su castigo, pero los difamados serán premiados grandemente con aquello que les sea quitado a los que hablaron mal de ellos.


Sin embargo, no nos engañemos pues el hecho de que hablen mal de nosotros no significa por fuerza que estemos haciendo la voluntad de Dios.  Por lo tanto, cuando oigamos rumores acerca de nuestras actitudes, primeramente examinémonos a nosotros mismos y si pasamos la prueba de fuego del Señor, entonces descansemos en la promesa del grande galardón que Dios tiene preparado para cuando seamos difamados.

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