No mirando solo por nosotros mismos.
No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Filipenses 2:4.Un ser humano dificilmente piensa en otra persona antes que en él mismo, el beneficio propio es primero. El instinto de conservación se antepone al interés común. Amamos a nuestros padres y a nuestros hijos entregándonos de tal manera que hasta nos quitamos el pan de la boca para dárselo a ellos, sin embargo, es el deseo de nuestro Dios que amemos a nuestro prójimo tanto como a nosotros mismos, cuidando de ellos tal como cuidamos de nuestras familias.
Pero Dios nunca nos pediría algo que Él no hubiera hecho en nuestra condición humana, por lo tanto hecho hombre puso Su vida como ejemplo de amor y entrega, dejándose crucificar, negando Sus derechos y sufriendo un castigo inmerecido, pensando en nosotros antes que en Él, para que nosotros le imitemos, dejemos de pensar en nosotros mismos y empecemos a tener consideración por aquellos que nos rodean, soportándoles sus debilidades y ofensas y entregándonos en sacrificio por sus vidas.
Abramos nuestros ojos a las necesidades de nuestro prójimo, démosle una mano, velemos por el bien de los demás, así como velamos por nosotros mismos y entonces nos pareceremos más a Jesús nuestro propósito mayor.