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Amigo de pecadores

Amigo de pecadores

Les presento a mi amigo...


El más dulce que cualquiera pueda conseguir...  con él tenemos lo mejor de las conversaciones... nos contamos cada cosa y cada plan... es, y lo digo sin dudarlo, mi mejor confidente de emociones.

Juntos, siempre caminamos hacia el frente... compañero de andanzas y aventuras... se llama Jesús.  Por naturaleza es muy rico y poderoso, y aún así se pone a mi nivel... y a pesar de mí, me sigue amando sin ninguna condición...  me abraza cuando más lo necesito...  lo dio todo incluso cuando nadie daban un centavo por mi causa.


No escatimó su propia vida para darme salvación... a mí, que lo pude haber vendido sin pensarlo... a mí, que no tengo nada que ofrecerle, ni mucho menos para darle... a mí, que soy lo peor de la más vil, hipócrita y malvado, orgulloso y descarado... a mí, que soy un triste pecador.

El amigo que me tiende su mano cada día y cuando caigo me levanta una y otra vez... el que bien ha sido fiel y me acepta como soy...  no tiene miramientos en darme un fuerte abrazo... es fiel conmigo como nadie... Él es santo y yo al contrario... el es justo y yo torcido... Él es rico y yo un mendigo...  y aún así sigue siendo mi dulce y gran amigo...  mi mejor amigo.
¡El amigo de pecadores!

Él está dispuesto a ofrecerte su amistad, si te interesa y cumples con los requisitos de ser un impío y pecador, solo dícelo y él con gusto te recibirá.  


Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. (Lucas 7:34)





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