FIELES
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. Apocalipsis 17:14.
Los que estarán con Él son "llamados", "elegidos" y "fieles", lo que significa que Jesús nos ha llamado a estar con Él por la eternidad, sin embargo, no todos lo lograrán porque muchos son los llamados, y pocos los elegidos (Mateo 22:14), pero fieles serán aún menos. Los fieles son todos aquellos que han sido llamados delante del Señor, han trabajado en su llamamiento y se han esforzado, logrando mantenerse perseverado en este y haciendo Su voluntad cada día; son todos aquellos que no se han dado por vencidos al seguir a Cristo, no importando las situaciones más adversas.
Nuestro llamamiento más importante es para estar con Cristo eternamente, porque Dios quiere tenernos cerca de Él, por lo tanto, nos pide que nos esforcemos y seamos fieles... que aprendamos a andar delante de Su presencia en esta vida como entrenamiento para estar con Él en la Eternidad.
Dios nos hace la misma proposición que le hiciera a Abraham cuando le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto (Génesis 17:1 2da parte); pues El Señor es tan santo que exige la perfección de aquellos que le acompañen. !debemos aprender a andar delante del Señor, cada día!
No obstante, nosotros no podremos lograr ser perfectos si no es por la Gracia capacitadora de nuestro Dios, por lo tanto debemos esforzarnos, no en ser perfectos, sino en la Gracia de Dios (2Timoteo 2:1) para poder obtener esa perfección que nos hará agradables para acompañarle por la eternidad, y allí se mostrará nuestra fidelidad.
Seamos fieles en vivir delante del Señor, buscando Su Gracia para alcanzar la perfección agradable delante del Rey ...y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Hebreos 13:20-21.