Orando por los reyes...
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 1Ti 2:1-3
El apóstol Pablo escribe estas palabras a Timoteo al rededor del año 63-66 d.C. en tiempos del emperador Nerón, un rey conocido por su impiedad y sobre todo por la persecusión encarnizada que entabló contra los cristianos.
Por lo tanto, cuando el apóstol nos insta a la oración; se está refiriendo a aquella oración que se hace por personas malvadas que nos tratan mal, e incluso hasta nos persiguen, y que tienen alguna autoridad sobre nuestras naciones. Jesús dijo al respecto "...y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5:44).
Debemos orar por los presidentes de nuestros paises, por los diputados, senadores, alcaldes, jefes de estado, policias, directores, jefes, y especialmente por aquellos cuya maldad es evidente, ya que necesitan urgentemente un salvador.
Aprendamos a orar por aquellos que no tienen esperanza, que dominan a otros sin remordimientos... por los líderes impíos que se mofan de nostros. Aprendamos a orar no solo por aquellos que nos caen bien, sino también por los odiosos. Aprendamos a orar no solo por agradecimiento hacia otros, oremos por compasión... aquella compasión que solamente nace al entender el fin de ellos.