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El secreto de Recibir nuestra petición a Dios


Recibir nuestra petición.


¿Cuál es tu pensamiento cuando le pides algo a Dios? 

¿Sientes como si llegaras con una persona inaccesible a solicitar alguna cosa, tal  como cuando le pides a tu intransigente jefe un aumento?
 ¿Estás completamente seguro de recibir lo que estas pidiendo?

Ciertamente, los reyes, las personas importantes y los jefes poderosos, siempre responderán de acuerdo a sus necesidades, carácter, y posibilidad y nosotros solamente tendremos el 50% de probabilidades de recibir lo que les pedimos, porque su respuesta será a veces un “Si” y otras un “No”.
Pero, aunque Dios es la persona más importante de todas, el Rey de reyes y el jefe de jefes… (Es algo intimidante verlo de esa manera, ¿no crees?); Él dice que lleguemos delante de Él con “confianza” (Hebreos 4:16) y que si permanecemos en Él y Sus palabras permanecen en nosotros, pidamos todo lo que queramos y nos lo dará (Juan 15:17)...  ¡Sí!, ¡todo lo que pidamos nos lo dará!
¡Todo!
Pero, ¿por qué a veces le pedimos cosas que jamás nos las da?
Santiago nos dice que no recibimos porque pedimos mal para gastar en nuestros deleites (Santiago 4:3), es decir que si pedimos bien, ¡siempre recibiremos!
Porque si lo que pedimos a un jefe, son cosas que ya están reglamentadas, por ejemplo, los quince días de vacaciones, un permiso por enfermedad o sencillamente un lápiz para completar nuestro trabajo… seguramente la respuesta siempre será un “SI”, y podremos llegar seguros de recibir lo que pedimos.  Por lo tanto es indispensable conocer aquellas cosas que tenemos derecho a pedir que están definidas en las Sagradas Escrituras y practiquemos a pedir y recibir.   



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