¡Ya estuvo suficiente!
Creo que ya hablamos demasiado del Coronavirus, ya nos motivamos suficiente para quitarnos el miedo a morir de esa enfermedad, ya nos quejamos demasiado de las disposiciones gubernamentales, de la cuarentena y de la falta de trabajo... Ya realizamos miles de reuniones virtuales, resolviendo nuestra necesidad social, llenamos nuestra dosis de autorrealizacion haciéndonos predicadores, motivadores e influencers de las redes.
Creo que ahora es el tiempo de ser hacedores de las instrucciones del Señor... de compartir nuestro plato de comida con el más necesitado, de tomar aquella libra de frijol que aún nos queda en la alacena y repartirla al vecino que no tiene nada que comer... es tiempo de tender una mano al que ya está desesperado, de cubrir al indigente, de visitar a los enfermos y cuidar a los ancianos... Es momento de ser luz en medio de tinieblas... De ser en realidad aquella iglesia que Jesús está esperando que seamos.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
S. Mateo 25:34-36, 40 RVR1960
S. Mateo 25:34-36, 40 RVR1960
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