La debilidad de Sansón
Era rutinario sentir que el
Espíritu de Dios se posaba sobre él, estaba acostumbrado a lograr cualquier
cosa de todo aquello que su mente proponía, no había obstáculo que no pudiera
salvar, las fuerzas sobrenaturales le invadían al pelear, liquidaba enemigos
por montón, ni los leones le eran dignos adversarios… de los hombres, el más
poderoso… ¡nadie podía contra él!
Tantas bendiciones de Dios había
recibido, sus padres le amaban como
pocos y se lo demostraban dándole todo lo que su deseo le pedía… hombre
único y escogido entre muchos... su
nacimiento había sido milagroso, su futuro era promisorio, su nombre era “luz
del sol”, sus capacidades sobrepasaban lo normal, y por si esto fuera poco, era
el instrumento de Dios para libertar a Su pueblo.
Pero tal cual lo decía el
proverbista “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se
enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad (Proverbios 16:32)”; este
hombre tan fuerte y poderoso en realidad era uno de los hombres más endebles de
la tierra... las mujeres lo movían a su
antojo… se dejaba llevar por lo que veía con sus ojos… era atraído y seducido
fácilmente… sus amigos no lo eran en verdad… su vida se movía en “soledad”… complacer, era su única estrategia para moverse en
sociedad.
Sansón había sido ungido por Dios
para realizar grandes hazañas… pero las mujeres fueron su perdición… se dejaba
manipular fácilmente… satisfacerse a sí mismo era lo único que le movía. En vida mató muchísimos filisteos enemigos
del Señor, pero por motivo equivocado, pues lo hizo por amor a las mujeres y
nunca por amor su Señor.
Sus ojos lo llevaron a Timnat de
los filisteos… esos ojos también lo atrajeron a Dalila… y por hacerse amigo de
los enemigos del Señor, esos mismos ojos los perdió en la más terrible y gran
traición de aquellos a quienes siempre quiso complacer.
Pero nunca es tarde para
verdaderamente aprender, pues al perder
sus ojos materiales ganó los espirituales… su desgracia fue su fuerza… su
debilidad le trajo el poder… su corazón venció en buena lid… allí, aprendió que
para vencer al enemigo solo hay que “morir”, porque Sansón mató muchísimos más
enemigos en su muerte que en toda su vida.
Jesús dijo en Mateo 16:25 que todo el que quiera salvar su vida, la perderá;
y todo el que pierda su vida por causa de Él, la hallará; porque para
vivir debemos aprender a morir.