Ir al contenido principal

Intenciones

 ... Sobre las intenciones del corazón:

No soy psicólogo pero... 

Creo que la gente que solo predica de la gran tribulación que viene y de la destrucción que caerá sobre los malos, está poniendo una línea entre ellos y los impíos, para sentir que son mejores que aquellos a quien se ponen a acusar. 

Pienso que los que predican solo de prosperidad, al igual que los que constantemente alegan de los diezmos y repudian a los que hablan de prosperidad, ambos están expresando claramente la avaricia de su corazón. 

Pienso que los que en todas sus predicaciones hablan en contra de otros predicadores tratando de dar peso a sus palabras a costa de desacreditar a los demás, no creen que tengan algo bueno que decir, ni que tienen el Espíritu de Dios dentro de sí, que es el que redarguye al mundo de pecado y de justicia. 

Pienso también que aquellos hombres que todo el tiempo hablan de la sujeción de la mujer, que no deben enseñar la Palabra, que no se deben pintar los ojos o usar pantalones en su forma de vestir, son hombres con poca autoestima y nada de estabilidad, porque tienen miedo que les quiten el lugar que creen que merecen. 

Jesús habló constantemente de las intenciones de nuestro corazón, alumbrando nuestras mentes para entender que el adulterio, la avaricia, el orgullo la envidia y la vanagloria, eran por mucho, los motivos por los cuales hacíamos muchas cosas que aparentemente tenían propósitos altruistas. 

Por mi parte...  No quiero caer ya más, en todo esto que en mi vida también ya he caído muchas veces.   

Por lo tanto ya no juzgaré las intenciones de los otros, que solo Dios en realidad tiene el poder de conocer (1Corintios 4:5), porque lo importante es descubrir cuales son las intenciones que yo tengo en mi alma en cada cosa que yo haga y analizaré cada momento lo que yo mismo me dedico a predicar, juzgándome a mi mismo, porque eso es lo que en realidad a mi me debe de importar (Juan 21:22)


Comentarios

Entradas populares de este blog

entresacando lo precioso en lo vil

Entresacando lo precioso en lo vil ...y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Jeremías 15:19. Un rayo de luz en medio de la densa oscuridad...  una pequeña nube del tamaño de la mano de un hombre en la inmensidad del cielo azul... una gota de agua en el desierto más atroz… tal vez, una ínfima sonrisa en medio de aquel horrible mar de lágrimas o un halo de esperanza en un lamentable universo de tristezas...  pero, siempre habrá algo precioso en medio de lo vil, algo útil en la basura, algo bello en los desaciertos, algo hermoso en el desierto. La clave está en encontrarlo; hacer a un lado lo que no vale, olvidar lo que no edifica, aprender de lo que enseña, pensar en lo que es verdadero cuando todo parece falso, lo honesto cuando todo parece hipocresía, lo justo cuando todo parece injusto, lo puro en lo impuro, encontrar el buen nombre, la virtud y la alabanza (Filipenses 4:8) donde parece que todo está perdido, recordando que a los que a Dios aman “t

Fiesta en el Desierto

Gozo en el desierto Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. Éxodo 5:1. Una buena fiesta se celebra en un buen lugar, con piscina, sauna, cancha de tenis, amplios jardines, y por supuesto: abundante comida; Debe ser un lugar cómodo y placentero, donde se pueda estar mucho tiempo sin querer retirarse.   Sin embargo, Dios escogió nada más y nada menos que el abrazador, soleado, y tórrido desierto para que Su pueblo celebrara la fiesta más grande que jamás hubieran ellos realizado...  "la fiesta de la liberación".  Allí en aquel lugar arenoso, sin vida, desprovisto totalmente de algún destello de vegetación, incómodo y vacío, peligroso, escaso del líquido vital y de pan… allí se proponía Dios que Su pueblo se gozara en Él.   Y qué mejor lugar para un corazón agradecido que no ve los pormenores del desierto, no se queja, sino más que todo se deleita en la libertad recibida aquella noche por la sangre de

La maldición nunca vendrá sin causa.

La causa de la maldición Pro 26:2   Como el gorrión en su vagar,   y como la golondrina en su vuelo,   Así la maldición nunca vendrá sin causa. Es por demás que gritemos, declaremos, rechacemos, revirtamos y hagamos un sinfín de rituales contra las maldiciones, si no quitamos la causa… porque la maldición nunca vendrá sin una causa. En 1Juan 5:8 dice que el maligno no tiene derecho alguno para tocar a aquel que no practica el pecado y el pecado es la causa de las maldiciones (Deuteronomio 28:15); así mismo la Palabra declara que el que aportille el vallado lo morderá la serpiente (Eclesiastés 10:8).   Esto significa que cuando por medio del pecado abrimos agujeros en la cerca de protección que Dios nos ha puesto por medio de la Sangre de Jesucristo, al redimirnos de la maldición en la cruz; entonces la serpiente antigua, nuestro enemigo, tiene derecho pleno para poder entrar y utilizar sus artimañas para destruirnos, inyectándonos su veneno de maldición en nuestro