Tiempo de celebrar
Era tiempo de celebrar, tiempo de glorificar a Dios por la victoria alcanzada, tiempo de festejar por haber sido liberados de la esclavitud. Dios había hecho milagros increíbles delante de sus ojos, había derrotado a sus opresores, despojando a los egipcios de sus riquezas y dándoselas en sus manos.
Sin embargo, al verse acorralados delante del Mar Rojo, se quejaron lamentando su desgracia, y llorando acallaron la alegría, desearon regresar a a servidumbre, echando a perder el tiempo que debería ser de fiesta (Éxodo 14:12).
Porque el enemigo siempre querrá dañar nuestra celebración, siempre querrá hacer trizas nuestra fiesta haciendo todo lo que esté en sus manos para cambiar nuestra sonrisa en tristeza, pues sabe muy bien que la alabanza que sale de nuestra boca al cantar la victoria del Señor, es como una espada golpeándole el orgullo.
Es hora de alabanza, hora de celebración, tiempo de fiesta porque Dios ha derrotado a nuestro adversario! no perdamos el tiempo en las patadas de ahogado de nuestro contrincante, y fijémonos en el vencedor, el Todopoderoso, el gran omnipotente Dios que venció por nosotros y tiene otro milagro esperando por delante y ese mar se abrirá para que sigamos la fiesta.
Era tiempo de celebrar, tiempo de glorificar a Dios por la victoria alcanzada, tiempo de festejar por haber sido liberados de la esclavitud. Dios había hecho milagros increíbles delante de sus ojos, había derrotado a sus opresores, despojando a los egipcios de sus riquezas y dándoselas en sus manos.
Sin embargo, al verse acorralados delante del Mar Rojo, se quejaron lamentando su desgracia, y llorando acallaron la alegría, desearon regresar a a servidumbre, echando a perder el tiempo que debería ser de fiesta (Éxodo 14:12).
Porque el enemigo siempre querrá dañar nuestra celebración, siempre querrá hacer trizas nuestra fiesta haciendo todo lo que esté en sus manos para cambiar nuestra sonrisa en tristeza, pues sabe muy bien que la alabanza que sale de nuestra boca al cantar la victoria del Señor, es como una espada golpeándole el orgullo.
Es hora de alabanza, hora de celebración, tiempo de fiesta porque Dios ha derrotado a nuestro adversario! no perdamos el tiempo en las patadas de ahogado de nuestro contrincante, y fijémonos en el vencedor, el Todopoderoso, el gran omnipotente Dios que venció por nosotros y tiene otro milagro esperando por delante y ese mar se abrirá para que sigamos la fiesta.
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