Ir al contenido principal

El Resorte del Legalismo

El Resorte...

Desde tiempos muy antiguos el hombre ha intentado con mucho esfuerzo la búsqueda de la santidad por medio de la abnegación, e imposición de reglas, las cuales según el apóstol Pablo, tienen reputación de sabiduría en culto voluntario y duro trato al cuerpo, pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne (Colosenses 2:23), los cuales son como un resorte que entre más se comprimen, más energía liberan.

Es así cómo el legalismo prohíbe el pecado aplastándolo como a un resorte, reprimiendo su energía a tal grado que de un momento a otro explota dentro del corazón engañoso, convirtiendo a sus adeptos en sepulcros blanqueados, cuyo hedor de muerte se encuentra a punto de salir a la superficie, como una bomba de tiempo, fabricando depravados reprimidos, que tarde o temprano se convierten en asesinos psicóticos, violadores y demás. 

Así mismo la hipocresía toma posesión de los reprimidos. El pecado se adueña de los pensamientos, enloqueciendo las decisiones, y aunque por algún tiempo la blancura de la supuesta santidad que les adorna, aparenta cimientos de moralidad, llega un día que su presión es más fuerte que los límites de aquellas paredes blanqueadas, y estas son derribadas súbitamente.  

No obstante...    Dios aborrece el pecado, pero ofrece Su naturaleza (2 Pedro 1:4) para que nosotros también rechacemos la maldad y seamos libres del pecado y así también del círculo del resorte.

Porque más que normas, lo que necesitamos es la naturaleza divina, por lo tanto que nuestros límites sirvan para alejarnos del pecado, para que Dios sea formado en nosotros, porque al pecado no se le enfrenta, se le huye.






Comentarios

Entradas populares de este blog

entresacando lo precioso en lo vil

Entresacando lo precioso en lo vil ...y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Jeremías 15:19. Un rayo de luz en medio de la densa oscuridad...  una pequeña nube del tamaño de la mano de un hombre en la inmensidad del cielo azul... una gota de agua en el desierto más atroz… tal vez, una ínfima sonrisa en medio de aquel horrible mar de lágrimas o un halo de esperanza en un lamentable universo de tristezas...  pero, siempre habrá algo precioso en medio de lo vil, algo útil en la basura, algo bello en los desaciertos, algo hermoso en el desierto. La clave está en encontrarlo; hacer a un lado lo que no vale, olvidar lo que no edifica, aprender de lo que enseña, pensar en lo que es verdadero cuando todo parece falso, lo honesto cuando todo parece hipocresía, lo justo cuando todo parece injusto, lo puro en lo impuro, encontrar el buen nombre, la virtud y la alabanza (Filipenses 4:8) donde parece que todo está perdido, recordando que a los que a Dio...

La sabiduría diabólica

La sabiduría que aparenta ser de Dios.  Santiago 3:14-16  Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón,  no os jactéis,  ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,  sino terrenal,  animal,  diabólica.  Porque donde hay celos y contención,  allí hay perturbación y toda obra perversa .  Si tenemos mucha sabiduría, pero la utilizamos para contender, esa sabiduría aunque tenga grandes verdades, es solo sabiduría terrena, animal y diabólica. En el mundo hay muchos que se jactan de su sabiduría , queriendo imponer su criterio a toda costa y también unos que envidian el conocimiento de otros; por lo tanto buscan sabiduría solamente por contender.   Así mismo, Existen iglesias donde se piensa que ningún otro cristiano que no crea como ellos, se salvará, hacen estudios supuestamente profundos para refutar cualquier creencia, contienden constantemente con todos para gana...

La maldición nunca vendrá sin causa.

La causa de la maldición Pro 26:2   Como el gorrión en su vagar,   y como la golondrina en su vuelo,   Así la maldición nunca vendrá sin causa. Es por demás que gritemos, declaremos, rechacemos, revirtamos y hagamos un sinfín de rituales contra las maldiciones, si no quitamos la causa… porque la maldición nunca vendrá sin una causa. En 1Juan 5:8 dice que el maligno no tiene derecho alguno para tocar a aquel que no practica el pecado y el pecado es la causa de las maldiciones (Deuteronomio 28:15); así mismo la Palabra declara que el que aportille el vallado lo morderá la serpiente (Eclesiastés 10:8).   Esto significa que cuando por medio del pecado abrimos agujeros en la cerca de protección que Dios nos ha puesto por medio de la Sangre de Jesucristo, al redimirnos de la maldición en la cruz; entonces la serpiente antigua, nuestro enemigo, tiene derecho pleno para poder entrar y utilizar sus artimañas para destruirnos, inyectándonos su veneno de m...