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El muchacho de los cinco panes




Mejor dar que recibir

Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? (Juan 6:9) 

Es gracioso… o más bien dicho “preocupante” que entre tantas personas nadie tuviera aunque sea una galletita para compartir, y que solamente este muchacho que dio aquellos cinco panes y dos pescaditos, que obviamente eran el almuerzo que su madre previsora le habría preparado, hubiera compartido todo lo que tenía con los que allí se encontraban. 

Es mejor dar que recibir (Hechos 20:35) y esta multitud solamente “recibió”  …recibió nada más una buena comida… un buen milagro que pasó y llegó a formar parte de sus recuerdos, porque al finalizar la tarde, Jesús se escondió de ellos (Juan 6:15).

Sin embargo, aquel que compartió pudo ser testigo del milagro de la multiplicación de sus bienes abundando para bendición de otros, sintiendo la satisfacción de haber servido de vaso para alimentar a muchos; porque aquel que da siempre recibe (Lucas 6:38) y tendrá su respectiva recompensa en los cielos; además de haber comido todo lo que quiso de aquel milagro.

Es lamentable ver gente que siempre reclama y se queja de que les pidan algo en las iglesias… no tienen corazón para compartir... son avaros...  solo quieren recibir pero no quieren dar... creen que al darlo todo se quedarán sin nada, pero eso no es así porque el corazón del que da, aunque no espera nada a cambio, siempre recibirá… nunca quedará desamparado.  Y aquel que solamente va a una iglesia para recibir, recibirá lo que busca pero al final Jesús se esconderá de él, como lo hizo con esta multitud.

Seamos dadores… compartamos lo que Dios nos ha dado, porque hay una mayor bienaventuranza en aquel que da, que en aquel que recibe.




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