Justificados por la fe.
Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo Romanos 5:1.
La justicia es una virtud imposible de alcanzar por el ser
humano de naturaleza caída que busca solamente el mal (Génesis 6:5); Romanos
3:10 dice que no hay justo ni aún uno; pero lo que es imposible para los
hombres es posible para Dios (Lucas 18:27).
Jesús dijo que si tuviéramos fe
como un grano de mostaza nada nos sería imposible (Mateo 17:20). Por lo tanto la fe es aquel don divino que hará
posible que logremos ser verdaderamente justos.
La justicia es el propósito máximo de la fe… pero no solo
aquella justicia que Dios nos atribuye por medio de la sangre de nuestro Señor
Jesucristo, sino también la justicia de carácter, nuestra forma de ser y actitudes. Es con la fe que lograremos cambiar nuestra
naturaleza carnal y transformarla en la naturaleza de Cristo. Si tenemos hambre y sed de justicia tenemos fe para adquirir justicia, y seremos saciados porque la fe
es la sustancia de las cosas que se esperan y la convicción de lo que no se ve.
Romanos 1:17 dice que la justicia de Dios se revela por fe y
para fe… por lo tanto la justicia de Dios
se dará a luz solamente por medio de la fe, y esa justicia adquirida en
nuestra naturaleza traerá más fe para seguir siendo transformados hasta la
perfección de justicia, como la luz del sol que va en aumento hasta que el día
es perfecto (Proverbios 4:18).
Dejemos de estar pensando que la fe es un don enviado por
Dios para alcanzar muchos deleites, riquezas y suplir necesidades… dejemos de
abaratar la fe a tal grado de pensar que es exclusivamente para conseguir
carros, casas, viajes, computadoras, empleos y muchas otras cosas semejantes a
estas. Porque si debemos buscar algo mediante
la fe, esto es sobre todo “la justicia”.