Hasta la muerte… Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte (Lucas 22:33) . Tú también estabas con Jesús el Nazareno –dijo impertinente aquella criada señalando con su índice esquelético… pero el mayor de los valientes tuvo un miedo de los peores, tal vez aquel momento le podía llevar hasta la muerte… pero ¿qué sería de su esposa y de sus hijos? ¿Quién cuidaría bien de ellos? Acaso por un desliz de desventura o a lo mejor una quimera imposible que existiera, que aquel gran hombre verdaderamente pereciera o que de veras se cumplieran las palabras que hacía unas pocas horas con arrojo él dijera -estoy dispuesto a ir contigo no solo a la cárcel, sino también hasta la muerte (Lucas 22:33). ¿A la muerte? Se cuestionaba aquel cobarde, que hacía unas cuantas horas había sido un valiente, pensándolo otra vez. Porque muchas veces no somos capaces de hacer aquello que pensamos o anhelamos para agradar a nues
Palabras pastorales para un mundo necesitado.