En medio de estos días, he visto gente que trata de animar diciendo que son necesarias las aflicciones para crecer, y que la oración más humilde es la de pedir a Dios que se haga Su voluntad, porque la verdad, Dios puede hacer que nuestro calzado no se desgaste y enviar su provisión aun desde el cielo tal como hizo con Israel en el desierto, y recibiremos paciencia en la tribulación. Otros dicen que con fe podemos librarnos de la adversidad, que seamos valientes y a donde decidamos ir, Dios prosperará nuestro caminar, así como hizo con Josué al conquistar la tierra prometida que fluía leche y miel, y que oremos como hiciera Moisés, que pidió la vida de su pueblo cuando Dios estaba decidido a destruirles. Y tienen razón, porque son verdades escritas en la Palabra de Dios, pero con distinto destinatario. Lo importante es lo que Dios habla a tu oído, porque recuerda que la Palabra de Dios es Viva y discierne las intensiones de tu corazón (Hebreos 4:12), y es el Espíritu Santo quie
Palabras pastorales para un mundo necesitado.