En nuestro caminar Subimos montañas y bajamos la ladera de los montes... Cruzando valles de abundancia y desiertos de escacés, pero en cada una de nuestras circunstancias hemos enfrentado con valor nuestra faena, nos levantamos cada vez que hemos caído, y volviendo a caminar hemos decidido continuar. Aparentemente perdedores, pero desde el centro de los huesos, hijos del campeón de todos los campeones, llevando por las venas aquella sangre de aquel que perdiendo hasta el último gajo de su aliento, ha ganado todo aún en contra de los vientos. Hoy a lo mejor, hemos salido victoriosos y gozamos los milagros del Todo poderoso, pero tal vez mañana al continuar en nuestro andar, bajaremos nuevamente por la sombra del abismo, hacia un nuevo reto que seguramente Dios y como siempre con su dulce amor nos librará. Porque en su regazo está escondida nuestra vida y en sus pensamientos se encuentra firme nuestro caminar.
Palabras pastorales para un mundo necesitado.