No tentarás al Señor tu Dios.
Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo:
Si eres Hijo de Dios, échate
abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti y En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús
le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Mateo 4:5-7.
El enemigo intentaba tentar a Jesús, pero si el Señor Jesucristo se
tiraba desde el pináculo del templo esto significaba “tentar a Dios”, porque la
protección de Dios no debe estar sujeta a manipulación de nuestra parte.
Tentar a Dios es obligarlo a hacer lo que nosotros queremos que haga…
tentar a Dios es quitarle la insulina al enfermo de diabetes para que Dios se
vea obligado a hacer un milagro… tentar a Dios es hacer un préstamo impagable
para que Dios te supla lo que necesitas… tentar a Dios es aquello que llaman “pactar
con Él”, prometiendo una cantidad de dinero en un ministerio, cuando Dios no
está sujeto a lo que nosotros decimos o pactamos, Él nunca estará obligado a
cumplir semejante obligación… tentar a Dios es ayunar para que algo que
queremos suceda, o más bien hacer una “huelga de hambre” que le tuerza el brazo
al Todopoderoso… tentar a Dios es decir que estoy sano y que el doctor es mentiroso, cuando
obviamente necesito ayuda médica.
No tientes a Dios llamándole a eso “fe”, porque el Señor nunca estará
obligado a hacer lo que nosotros queremos, Él es “Soberano” y tiene libertad de
llevarte en los caminos que sean necesarios para que seas un vencedor. Como Jesús, que no osó tentar al Padre
tirándose al vacío para ser rescatado. Así
mismo, acostumbrémonos a aceptar con gozo los “no” del Señor y sometámonos en
todo a Él, pues Dios tiene pensamientos de paz y no de mal para darnos el fin
que esperamos (Jeremías 29:11), pero no como nosotros queremos sino como Él lo
ha establecido (Mateo 26:39).