A Su imagen y semejanza
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... Génesis 1:26
El propósito de Dios para hacer Su magnífica creación, no era solo crear al hombre, era hacerlo a Su imagen y semejanza; Él quería darnos sus virtudes y que fuéramos participantes de Su naturaleza (1Pedro 1:4), pero que pudiérmos escogerlo por nuestra propia cuenta.
Dios no terminó su obra en el versículo 26 el sexto día de la creación... Él solamente comenzó ese día y aún continúa terminándola.
Dios puso en el huerto dos opciones: el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida, porque Él quería que el hombre escogiera con su propio corazón y ante todo estaba buscando adoradores que le adoraran en Espíritu y Verdad (Juan 4:23). Él no quería robots que simplemente tuvieran los poderes de Dios sin un corazón entregado a Él; Él quería adoración plena y voluntaria, quería que lo escogieran a Él "por amor"... y recordemos que Dios es "amor"... Su naturaleza es "amor", el amor no obliga a nadie, ni es obligatorio, y Su propósito era que tuviéramos esa naturaleza.
Jesús siendo en forma de Dios se despojó de Sí mismo (Filipenses 2:5-8), por que nos amó... porque el amor da... el amor entrega... el amor es incondicional y quiere que seamos como Él.
Aquel día le preguntaron a Jesús... maestro ¿cuál es el más grande mandamiento en la ley? (Mateo 22:36), a lo que el Señor le contestó "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37), esto era el propósito de Dios desde el principio.
Que el amor sea la victoria en nuestras vidas y se afiance en lo más hondo de nuestro corazón... que toda la naturaleza divina se asiente en nuestros corazones, para que verdaderamente lleguemos a ser tal como Él es, y sus virtudes se reflejen en nuestra vida por todo lugar donde estemos... Amen.