La Batalla Hebreos 12:4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado… Si bien es cierto no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, y contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12); los exorcismos no son nuestra batalla… nuestra guerra no se gana con andar diciendo que atamos enemigos a diestra y siniestra… nuestro combate no es ganarle a la pobreza material de nuestra vida… nuestra lucha es “combatir contra el pecado” y combatir contra el pecado es atar verdaderamente a nuestros enemigos, porque cuando evitamos el pecado, no los dejamos actuar. El pecado es su arma más poderosa, es nuestra kriptonita, y nuestra mayor debilidad en la lid. Los demonios no tienen poder contra nosotros a no ser cuando el pecado les abre las puertas, pero son vencidos fácilmente cuando nuestras armas son “armas de justic
Palabras pastorales para un mundo necesitado.