Amigo de pecadores Les presento a mi amigo... El más dulce que cualquiera pueda conseguir... con él tenemos lo mejor de las conversaciones... nos contamos cada cosa y cada plan... es, y lo digo sin dudarlo, mi mejor confidente de emociones. Juntos, siempre caminamos hacia el frente... compañero de andanzas y aventuras... se llama Jesús. Por naturaleza es muy rico y poderoso, y aún así se pone a mi nivel... y a pesar de mí, me sigue amando sin ninguna condición... me abraza cuando más lo necesito... lo dio todo incluso cuando nadie daban un centavo por mi causa. No escatimó su propia vida para darme salvación... a mí, que lo pude haber vendido sin pensarlo... a mí, que no tengo nada que ofrecerle, ni mucho menos para darle... a mí, que soy lo peor de la más vil, hipócrita y malvado, orgulloso y descarado... a mí, que soy un triste pecador. El amigo que me tiende su mano cada día y cuando caigo me levanta una y otra vez... el que bien ha sido fiel y me acepta c
Palabras pastorales para un mundo necesitado.