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Mostrando entradas de julio, 2013

Lo que la iglesia debe enseñar

Enseñando a "guardar" enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado (Mateo 28:20) Alguna vez te has dado cuenta de lo difícil que es cumplir con todo lo que los predicadores te dicen que hagas... lo complicado que es aprender a obedecer... lo imposible que es sonreir cuando lo que tienes en tu corazon nada más son lágrimas... aplaudir cuando lo que quieres es gritar... humillarse delante de aquellos que te han ofendido... amar a tus enemigos o lo inalcanzable que se siente cuando te dicen que perdones y el rencor enraizado en lo más profundo de tus huesos te protesta desde adentro por venganza... aquellos testimonios de esos hermanitos que cuentan su milagro te provocan aquella amarga forma de envidia que te revienta el alma... no logras entender porqué dicen que serás salvo solamente si dejas de fumar o ¿porqué dicen que la mujer que usa pantalones se irá al infierno?  Tal vez te cuesta aprenderte aquellos versículos de memoria obligatorios o porqué te di

Fabricando becerros de oro

Poniendo límites a Dios Éxodo 32:3-4. El pueblo había fabricado aquel becerro llamándole "Jehová, el que los había sacado de Egipto"... no le llamaron Baal como el dios de los cananeos o Rá como el dios de los egipcios, para ellos esa estatua era la imagen de Dios... ellos qusieron darle apariencia a aquel que es intangible, querían ver al invisible, palpar al omnipresente... querían encontrarlo cuando lo necesitaban simplemente abriendo sus ojos para verlo, querían llevarlo con ellos para no perderlo de vista, querían tenerlo para sus necesidades en el momento que lo requirieran, querían un amuleto, un dios de la suerte o algo parecido; en resumen, ellos querían ponerle límites al Todopoderoso... y en otras palabras querían tener ellos el control.    Cuando la presencia de Dios se posó sobre el campamento, ellos huyeron porque era intimidante (Hebreos 12:21), no querían aquella presencia delante de la cual los cielos destilaban y los montes temblaban (Salmos 68:8),

Porque comiste el pan y te saciaste

¿Siguiendo Jesús por los milagros? Respondió Jesús y les dijo:  De cierto,  de cierto os digo que me buscáis,  no porque habéis visto las señales,  sino porque comisteis el pan y os saciasteis (Juan 6:26). Jesús había tenido compasión de esa gente, les había enseñado y alimentado milagrosamente, se habían saciado, y habían visto las maravillas de Dios obrando para su beneficio. Cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños, habían comido de aquellos panes de cebada y aquel par de pececillos.  Ellos habían sido grandemente bendecidos, querían y necesitaban seguir recibiendo esa dicha del Señor, por lo tanto, le buscaron afanosamente por todos lados, cruzaron el mar queriendo encontrarlo, hasta que al llegar a Capernaum, lo lograron.   Sin embargo, ese esfuerzo que pusieron por encontrar a Jesús para recibir su milagro, fue reprendido por el Señor.  Jesús quería darles ese milagro, los vio, tuvo compasión, y les proveyó... ellos ni siquiera tuvieron qué pedirle de comer, simpl